sábado, 28 de diciembre de 2013

ROMANCES Y LEYENDAS DE ZAMORA.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
Leyenda del Arriero
 
Vivía  en  Toro  una  hermosa  joven,  llamada  Manolita Zapata, de noble y prestigiosa familia. Era Manolita la pequeña de cuatro hermanas; sus tres hermanas mayores eran monjas en el convento de Sancti Spiritus de Toro. Manolita,  que  no  pensaba  seguir  el  camino  de  sus hermanas mayores, se enamoró de un joven, don Jerónimo de Tordesillas, conde de Alcolea, con el que contrajo matrimonio y con quien se fue a vivir a un palacio que los padres de su novio le habían regalado en Benavente.
 Tras un tiempo de feliz matrimonio, los celos cambiaron el carácter de don Jerónimo, que prohibió a su esposa cualquier relación con toda persona, salvo una fiel y antigua criada. Un día observó el celoso marido cómo un paje entregaba a Manolita una cinta para el pelo, regalo de una prima suya.
Pensando que era el regalo de un admirador y sin pararse a reflexionar, don Jerónimo atravesó a su esposa con la espada. Con el convencimiento de que la había matado, huyó rápidamente para escapar de la justicia.
 Sin embargo, Manolita, aunque con grandes dificultades, logró recuperarse y salvar su vida. Abandonó el palacio de Benavente y se fue a vivir de nuevo con sus padres a Toro. Allí se recuperó completamente y, tras lograr la anulación de su matrimonio, vivió unos tiempos de paz y tranquilidad.  Finalmente, tomó la decisión de ingresar en el convento en el que también habían profesado sus hermanas.
Al cabo del tiempo, el marido, arrepentido, pretendió recuperar el amor de su esposa, pero ésta no hizo el menor aprecio a los deseos del que había sido su esposo.
 Don  Jerónimo,  despechado,  tramó  una  venganza y  pretendió  matar  a  su  esposa  accediendo  al  convento disfrazado  de  buhonero.  Cuando  todas  las  monjas contemplaban los objetos que el falso buhonero exhibía, don Jerónimo intentó asesinar a Manolita, ahora sor María de Jesús, pero ésta en ese preciso momento se agachó para recoger una estampa y el puñal se clavó en la puerta que estaba detrás de ella y que todavía se conserva con el agujero que hiciera el malvado don Jerónimo, que fue detenido y entregado a la justicia.
 
EL PROFETA
 
RAMÓN DE LA CALLE. E